lunes, 29 de septiembre de 2014

El conocimiento


El conocer es un hecho primario, espontáneo e instintivo, y por ello no puede ser definido estrictamente. Se podría describir como un ponerse en contacto con el ser, con el mundo y con el yo; también podríamos decir que es un proceso en el que están vinculados estrechamente las operaciones y procedimientos mentales, subjetivos, con las operaciones y formas de actividad objetivas prácticas, aplicadas a los objetos.
El conocer se caracteriza como una presencia del sujeto frente al objeto: el sujeto se posesiona en cierta forma del objeto, lo capta y lo hace suyo, reproduciéndolo de tal manera que responda lo más fielmente posible a la realidad misma del objeto. Por medio de esta reproducción, se tiene la imagen, no física como seria una fotografía, sino psíquica, cognoscible, intencional.
El conocimiento depende de la naturaleza del objeto y de la manera y de los medios que se usan para reproducirlo. Así, tenemos un conocimiento sensorial (si el objeto se capta por medio de los sentidos), éste se encuentra tanto en los hombres como en los animales, y un conocimiento racional, intelectivo o intelectual, si se capta por la razón directamente. Podríamos citar unos ejemplos: un libro, un sonido, un olor se captan por medio de los sentidos; la belleza, la justicia, el deber se captan por medio de razón.
La actividad cognoscitiva es adquisitiva, cuando obtenemos un conocimiento; conservativa, cuando retemos o memorizamos un conocimiento; elaborativa, cuando, con base en conocimientos adquiridos y memorizados, elaboramos otros por medio de la imaginación, la fantasía o el razonamiento.

ELEMENTOS DEL CONOCIMIENTO
1. Sujeto:
El sujeto del conocimiento es el individuo conocedor. En él se encuentran los estados del espíritu en el que se envuelven o entran la ignorancia, duda, opinión y certeza. Este se presenta como el punto de que pende por decirlo así, la verdad del conocimiento humano.
Su función consiste en aprehender el objeto, esta aprehensión se presenta como una salida del sujeto fuera de su propia esfera, una invasión en la esfera del objeto y una captura de las propiedades de éste.
2. Objeto:
Es aquello a lo que se dirige la conciencia,  ya sea de una manera cognoscitiva, ya sea volitiva. Es lo que se percibe, imagina, concibe o piensa. Su función es ser aprehensible y aprehendido por el sujeto.
Los objetos pueden ser reales o irreales; llamamos real todo lo que nos es dado en la experiencia externa o interna o se infiere algo de ella. Los objetos irreales se presentan, por el contrario, como meramente pensados.
3. Medio
generalmente hay ausencia de medios especiales, los instrumentos de trabajo son a la vez medios, del conocimiento de la realidad.
Los medios del conocimiento son:
La Experiencia interna: Consiste en darnos cuenta en darnos cuenta lo que existe en nuestra interioridad. Esta experiencia constituye una certeza primaria: en nuestro interior ocurre realmente lo que experimentamos.
La Experiencia externa: Es todo conocimiento o experiencia que obtenemos por nuestros sentidos.
La Razón: Esta se sirve de los sentidos, elabora los datos recibidos por ellos los generaliza y los abstrae, transformando la experiencia sensible y singular en conocimientos que valen en cualquier lugar y tiempo.
La Autoridad: Muchísimos conocimientos que poseemos nos llegan a través de la comunicación de personas que saben mucho sobre el tema, estas personas tienen autoridad científica y lo que divulgan o enseñan merece toda nuestra adhesión.
4. Imagen:

Constituye el instrumento mediante el cual la conciencia cognoscente aprehende su objeto. También es la interpretación que le damos al conocimiento consecuente de la realidad. 

martes, 23 de septiembre de 2014

El Renacimiento



Hola a todos, les dejo la segunda lectura, no se olviden de descargarla para mañana.

Saludos!!


El Renacimiento: avances científicos

Durante gran parte de este período llamado Renacimiento, el espíritu mundano y racional y el enorme deseo de aprovechar las fuerzas de la naturaleza que nació en artistas, intelectuales, alquimistas e, incluso, en algunos ricos señores feudales y burgueses, llevaron a esos hombres a realizar importantes inventos.
A este despertar científico se agregaron otros que comenzaron a formular teorías novedosas para esa época y algunos se atrevieron a explicar científicamente los misterios de la vida y del universo. El primer representante de este nuevo espíritu fue Leonardo da Vinci verdadero genio del Renacimiento, quien mezcló todo su talento artístico con un deseo insaciable por descifrar los secretos de la naturaleza.
Leonardo Da Vinci

Junto con realizar proyectos de nuevas estatuas, bocetos de pintura y observar el cielo para elucubrar teorías espaciales, Leonardo realizó completos estudios de anatomía humana, dejando descripciones del corazón, sobre la estructura de la columna vertebral y los músculos. La consigna que tenía da Vinci era que la experiencia "es el único intérprete de la naturaleza". También estimaba que ninguna investigación podía llamarse verdadera ciencia si no pasaba por la demostración matemática.
También se hicieron progresos en medicina y anatomía, especialmente tras la traducción, en los siglos XV y XVI, de numerosos trabajos de Hipócrates y Galeno; también fueron traducidos en el siglo XVI algunos de los más avanzados tratados griegos sobre matemáticas. Entre los avances realizados destacaron la solución de ecuaciones cúbicas y la innovadora astronomía. La geografía se transformó gracias a los conocimientos empíricos adquiridos a través de las exploraciones y los descubrimientos de nuevos continentes y por las primeras traducciones de las obras de Tolomeo y Estrabón.

Otros sabios
Otros investigadores notables del Renacimiento fueron Nicolás Copérnico (1473-1543), quien contribuyó con sus estudios de astronomía a aclarar la estructura del universo, llegando a formular la teoría heliocéntrica, según la cual la Tierra forma parte de un sistema astronómico que tiene por centro el Sol.

Galileo Galilei
Galileo Galilei (1564-1642) fue el continuador de Copérnico. Perfeccionó el telescopio, que le permitió hacer observaciones con un aumento de 30 veces. Formuló la teoría sobre la caída de los cuerpos: en el vacío caen a igual velocidad; Newton formuló la ley de la gravitación de los cuerpos; Kepler descubrió que los planetas describen órbitas elípticas alrededor del Sol.
Estos y otros progresos en la astronomía permitieron rectificar el calendario. El Calendario Juliano, establecido en su tiempo por Julio César, se basaba en un cálculo erróneo del año solar, de modo que el año calendario excedía el año real o solar en 11 minutos y 14 segundos.

Kepler
Cada 128 años, el año calendario completaba una diferencia de un día con respecto al año solar, razón por la cual, en el curso de los siglos, se había producido una diferencia de 10 días. En el año 1582, el Papa Gregorio XIII estableció el Calendario Gregoriano. Con el propósito de hacer coincidir nuevamente el año calendario con el año solar, se saltaron 10 días: el 5 de octubre de 1582 se convirtió el 15 de octubre del mismo año.
Relojes y vidrios
En el siglo XV se colocaron relojes públicos en la mayoría de las ciudades importantes, y también se inventó el reloj de bolsillo. El uso de esta máquina obedeció a una nueva concepción del tiempo y a una nueva actitud frente al momento y sus exigencias. Paralelamente, la industria del vidrio creció y mostró grandes progresos. Se inventó el vidrio transparente incoloro y también el cristal, con el que posteriormente se hicieron los anteojos.
Bombardas y mosquetas (Primeras armas)
Los chinos descubrieron la pólvora, los árabes la adaptaron para usos bélicos y los europeos lograron perfeccionar las armas de fuego creando los primeros cañones, que llamaron bombardas. Esta síntesis abarca desde los primeros siglos de la Era Cristiana hasta el siglo XV.
El inocente invento de los chinos, que sirvió en los comienzos para la preparación de cohetes y fuegos artificiales, transformó totalmente las acciones de guerra y también de los ejércitos. Durante la invasión de España, a comienzos del siglo XIV, los árabes emplearon por primera vez, aunque rústicamente, las armas de fuego.
Fue el inicio de una época difícil y de experimentos con esta mezcla de salitre, carbón y azufre, que se denominó pólvora.

Gutenberg y la imprenta
Como todos los grandes descubrimientos, la invención de la imprenta en 1440 originó todo tipo de controversias y reacciones favorables y en contrario. Transcurrieron muchos años antes de que este sistema, creado por Juan Gutenberg , fuera aceptado por los círculos científicos e intelectuales de Europa.
Los historiadores actuales coinciden, sin embargo, en incorporar a la imprenta como uno de los objetos fundamentales que llevaron a desarrollar el movimiento cultural llamado Renacimiento.
Libros y trapos
La invención del alemán Gutenberg revolucionó la cultura de la época, aún cuando la imprenta no fue bien recibida en los primeros años. Algunos veían en ella la decadencia de la dignidad de la cultura, confiada para su difusión a las manos de los obreros. Otros temían que se propalasen escritos inmorales o que incitasen a los pueblos a la revolución.
Hasta ese momento, todos los libros estaban escritos en volúmenes hechos de cuero de oveja o cabra, especialmente adecuado para ese propósito. La imprenta trajo aparejada la creación del papel, que se hizo con la utilización de trapos. El uso de las camisas se había popularizado en todas las grandes ciudades, razón por la cual abundaban los trapos.
Los inventores fueron los árabes, quienes aprendieron de los chinos, que también ocupaban fibras vegetales. Los opositores más empecinados de la imprenta fueron los copistas de pergaminos, porque veían en ella su desocupación, y los propietarios de bibliotecas, porque temían la desvalorización de sus manuscritos.
Los beneficios
A pesar de los inconvenientes, la imprenta fue imponiéndose al sistema antiguo y los libros comenzaron a ser leídos por mayor cantidad de gente, e incluso, algunos bibliófilos exigían sólo libros impresos en sus bibliotecas.
El milagro de la impresión conquistaba público entre los cultos e incultos. La primera obra impresa fue la Biblia, que salió de la prensa en 1455. En poco tiempo logró récords de tirajes. En el 1500 la imprenta operaba en prácticamente toda Europa. En 1522, el Nuevo Testamento, corregido por Lutero, alcanzó una tirada de 100 mil ejemplares.


jueves, 18 de septiembre de 2014

Los alquimistas: oscuros ancestros de los químicos

Si quieres volver a escuchar el audio que revisamos en clases puedes hacerlo siguiendo el siguiente link, pon mucha atención en la teoría del Flogisto.

domingo, 14 de septiembre de 2014

¡¡Suerte en el parcial!!

Que tal jóvenes, después de tanto batallar con el blogg les dejo  las primeras lecturas que han quedado de la antología, recuerden que mañana es el examen. Estudien mucho y suerte en sus demás exámenes.

Saludos

Prof. Manuel Alejandro Morales Rivera


EXPLICACIÓN DEL MUNDO REAL A TRAVÉS DE LA HISTORIA

LA PREHISTORIA Y EVOLUCIÓN DEL HOMBRE
Como todos sabemos, la historia estudia el pasado del hombre desde que éste apareció sobre la Tierra. Sin embargo, los historiadores acordaron organizar este pasado en dos grandes períodos: la prehistoria y la historia, señalando como división entre ambos la aparición de la escritura, hecho sucedido aproximadamente en el 4.000 a.C. En la actualidad, esta separación es replanteada por la comunidad científica pues los investigadores reconocen que no todos los pueblos del mundo conocieron la escritura en el mismo momento, por lo tanto, no entraron en los tiempos históricos todos juntos.
Métodos para fechar el pasado
El investigador que se dedica a estudiar la prehistoria, al no poder contar con documentos escritos, trata de reconstruir el pasado basándose en los restos culturales encontrados. Para poder establecer la antigüedad de estos restos, se utilizan métodos especiales. Sin embargo, las fechas en el período prehistórico son siempre aproximaciones.
Uno de los primeros métodos desarrollados fue la dendrocronología, que consiste en observar los anillos de crecimiento presentes al cortar un tronco de árbol. Analizando entonces los troncos, o los elementos hechos con madera de los mismos, es posible deducir su antigüedad pues a cada año corresponde un determinado tipo de anillo presente en todos los árboles.
Otra forma de datación es el análisis de los sedimentos de materiales de origen glacial, que han sido arrastrados por los ríos y torrentes en los deshielos primaverales, hacia el fondo de los lagos. Estudiándolos, se pueden conocer fechas relativas a la vida de los hombres que habitaron sobre esos materiales.
Sin embargo, los métodos más exactos son los desarrollados en Dos últimos años, gracias a los adelantos de la física nuclear, como el del carbono-14, que mide lo que queda de carbono-14 en los restos encontrados, ya que todos los organismos vivos incorporan este elemento durante su vida y lo van perdiendo paulatinamente luego de muertos. Como el ritmo de esta pérdida puede ser medido, conociendo lo que queda en los diferentes materiales se sabrá su antigüedad. Otros métodos basados en la física nuclear son el del potasio argón, que se utiliza para poner fecha a las rocas volcánicas muy antiguas, y la termoluminiscencia que posibilita establecer la fecha de cocción de las cerámicas.
Desde tiempos muy remotos el ser humano ha estado descubriendo y manejando diversos materiales debido a sus necesidades de alimentación, vivienda, vestido y defensa.
En la época primitiva, el ser humano usó las piedras, y posteriormente descubrió los metales cobre, estaño, bronce y hierro, con los cuales fabricó instrumentos y armas de guerra. Estas épocas se conocen como la Edad de Piedra y la Edad de los Metales. El humano primitivo le daba un sentido mágico y místico a los materiales y a los cambios que observaba en la naturaleza.




La edad de piedra
Es la etapa más antigua de la humanidad, en ella aparece la piedra como el principal material trabajado por el hombre.
Esta edad comprende dos períodos bien definidos, el paleolítico (de paleo: “antiguo” y litos: “piedra) o edad de piedra antigua y el neolítico (de neo: “nuevo” y litos: “piedra’) o edad de piedra nueva. Entre uno y otro período, se encuentra un período de transición: el mesolítico (de meso. “entre” y litos: “piedra”).
El Paleolítico: Es el período que se extiende desde hace aproximadamente 2.000.000 de años, hasta 10.000 años atrás. Durante el mismo, los hombres comienzan a fabricar las primeras herramientas, en un principio muy simples, las que fueron perfeccionando cada vez más.
La preocupación principal era conseguir alimentos y defenderse de los grandes animales que recorrían la Tierra, o de cualquier otro peligro que la naturaleza presentara. La forma de vida era nómada y los hombres se alimentaban de la carne que obtenían de animales muertos, y de los frutos, hojas o raíces que pudiesen recolectar. No producían su alimento, sólo lo consumían. Con el tiempo aprendieron a cazar y entonces fabricaron armas y elaboraron técnicas de caza, actividad que realizaban en cuadrillas, que requerían de una mínima organización social. Para su mejor estudio, el período paleolítico puede separarse en tres etapas: paleolítico inferior, medio y superior.
Paleolítico inferior: En esta etapa el hombre vagaba por la Tierra en pequeños grupos, probablemente construyendo chozas para protegerse cuando el clima era cálido y refugiándose en cuevas o en cavernas si el clima era frío, pues la naturaleza ha provocado en los últimos 3.000.000 de años importantes cambios climáticos en los que se sucedieron períodos cálidos, seguidos de períodos fríos conocido como glaciaciones, en la que grandes masas de hielo cubrieron extensas superficies continentales.
La principal herramienta era el hacha de mano que se usaba para cazar, raspar, y cortar. En esta época el hombre descubrió, tal vez la de manera accidental, el fuego, que le permitió cocinar sus alimentos, alejar a las fieras, protegerse del frío e iluminarse en la oscuridad.
Paleolítico Medio: En esta etapa los grupos humanos se hacen más numerosos y perfeccionan sus herramientas fabricando puntas de flechas, raspadores y hachas de mano. Aparecen también los primeros vestigios de una cultura espiritual pues idearon ritos fúnebres. Enterraban a sus muertos en tumbas especiales junto a trozos de carne y otros elementos, lo que mostraría que los hombres, ya en esta época, habían imaginado alguna forma de continuación de la vida.
Paleolítico superior: Aquí los hombres están mejor equipados para enfrentar los peligros y sacar ventajas de la naturaleza. A la piedra se agregan el uso del hueso y del marfil, materiales con Los que se fabrican instrumentos cada vez más específicos, apareciendo entonces punzones o buriles para agujerear, raspadores, arpones para pescar (ya que se incorpora esta actividad), lámparas de mano en las que se quemaba grasa, para iluminación, y primitivas agujas que, enhebradas con crines, permitían coser pieles.
Se cazaban mamuts, renos, bisontes, vacunos salvajes y caballos. Para ello el hombre incorporó el arco y la flecha y los dardos. La caza se realizaba en grupo, existiendo una cierta división de trabajo entre los sexos. Había algunos intercambios entre las comunidades, lo que mostraría que los grupos no estaban totalmente aislados entre sí.
Los enterramientos continúan con ritos más complejos. Se han encontrado pequeñas esculturas que se usaban, probablemente en ritos relacionados con la fertilidad y pinturas de animales, sobre todo mamuts, bisontes y renos, en la superficie rocosa de algunas cuevas. A este tipo de pintura sobre roca se la denomina “rupestre” y constituye una de las primeras manifestaciones artísticas de la humanidad.
El Mesolítico: Cuando finalizó la Era Glacial, la selva avanzó e invadió las grandes estepas. Esto produjo la emigración y algunas veces la desaparición de los animales que vivían en ella y que servían al hombre de alimento. Los grupos humanos, entonces, se diseminaron por la selva y se ubicaron en las orillas de los ríos. Sobrevivieron cazando animales salvajes, aves y peces. La madera, obtenida fácilmente en las selvas, se utilizó con intensidad. En las zonas frías aparecen los trineos, tirados primero por hombres y luego por perros. Los hombres continuaron siendo nómades, pero en algunas regiones, con suficiente agua y alimentos, aparecen asentamientos más estables.
El Neolítico: Comenzó hace aproximadamente 10.000 años y sus transformaciones son tan importantes que los historiadores las llaman “la revolución neolítica”. El hombre comienza a producir sus alimentos a partir de la domesticación de plantas y animales: el paso decisivo fue plantar deliberadamente semillas en un suelo adecuado y cultivar la tierra. Las primeras plantas obtenidas fueron el trigo y la cebada, a las que se incorporaron luego el arroz y las arvejas. Los excedentes de la cosecha se almacenaban en graneros, permitiendo que los hombres pudiesen guardar alimentos para los períodos de escasez. También aparece la alfarería, como una necesidad, pues había que fabricar recipientes para contener las semillas y los granos.
De algunas plantas, como por ejemplo el lino y el algodón, se obtendrán posteriormente fibras, que hiladas en los husos y tejidas en telares se convertirán en telas, dando inicio a la industria textil.
Con respecto a los animales, probablemente haya sido la observación de los mismos lo que puso de manifiesto que esas bestias podían ser domesticadas y convertirse en una importante reserva de alimentos y pieles sin necesidad de matarlos, como es el caso del ovino, que provee lana y leche.
Las viviendas estuvieron hechas en barro, cañas, leños o piedras, y las herramientas para construirlas fueron más específicas. Entre ellas se destacó el “hacha de piedra pulida’, que se realizaba en una roca de grano fino y luego se afilaba por medio de un pulido a base de arena. El dominio de la agricultura hizo a los hombres sedentarios y aparecen, entonces, las primeras aldeas y con ellas el crecimiento de los grupos familiares, la división del trabajo y la organización social.

Edad de los metales
Es la etapa en la cual el hombre descubre el uso de los metales y ¡os incorpora a su cultura para fabricar distintos elementos. Aparece entonces la metalurgia. Los historiadores reconocen tres edades de los metales, según el material usado con más intensidad: Edad de cobre, Edad de bronce y Edad de Hierro. El cobre fue el primer metal utilizado, seguido del bronce, cuando el hombre aprendió a fundir cobre con estaño. Con estos metales se hicieron cuchillos, espadas, puñales, vasijas, adornos, herramientas, etc. Por último apareció el hierro, pero el uso de este metal, que permitió la fabricación de armas, herramientas y otros elementos de gran dureza, se logró alcanzar recién en los tiempos históricos.
La prehistoria es entonces, es período fascinante de la humanidad donde todo está por hacerse y donde todo es posible.

EXPLICACIÓN DEL MUNDO REAL A TRAVÉS DE LOS DIOSES

Los acontecimientos naturales siempre han intrigado a la humanidad desde sus orígenes. Si algo nos diferencia del resto de animales es la capacidad analítica de nuestro cerebro. Desde nuestros orígenes quisimos tener una explicación de todo lo que nos rodeaba. Simples fenómenos como la salida del sol, la lluvia o el nacimiento de un río fueron analizados por nuestros antepasados, dando explicaciones que en muchas ocasiones estaban lejos de una respuesta racional.

            Ya los egipcios y los griegos disponían de una colección de dioses que daban sentido a su origen y lo que ocurría a su alrededor. Así el viento, los terremotos, las tormentas, etc estaban en manos de Eolo, Vulcano, Poseidón y figuras mitológicas similares. También en esa época había ateos, personas que buscaban respuestas en la naturaleza sin mirar a los dioses, que experimentaban y usaban la razón para entender el mundo. A pesar de la idílica imagen que se pueda tener hoy sobre el origen de la ciencia en la Grecia clásica, lo cierto es que muchas de esas personas fueron ignoradas, caricaturizadas e incluso perseguidas por oponerse al “poder divino” de la época.

            La tradición judeo-cristiana también tuvo (y tiene) sus mitos sobre el origen del universo, resumido en el Génesis del Antiguo Testamento. Con el paso de los siglos tanto la física, como la química, la geología y la biología han aportado una explicación racional, no mítica, para el origen del universo y de nuestro planeta, así como para explicar la diversidad de especies que existen en la actualidad.
            La ciencia, sin embargo, todavía no ha aportado una respuesta satisfactoria para el origen de la vida, aunque haya planteada diversas hipótesis acerca del tema. Es por ello que muchos creyentes siguen colocando la figura de un dios en ese primer acontecimiento.

            Mención aparte merecen un grupo de personas que interpreta de forma literal el Génesis para afirmar que nuestro planeta posee sólo 6000 años y que todos descendemos directamente de Adán y Eva. Esto, que podría quedar como una anécdota, igual que queda el origen del universo que plantean algunas tribus de indios estadounidenses (lo que en lenguaje políticamente correcto se denomina “native americans”) no lo es, debido al fuerte apoyo que reciben por parte de grupos fundamentalistas religiosos de EEUU, así como de políticos ultraconservadores de ese país. La presión mediático-política ha llevado a que esta teoría (que ahora llaman diseño inteligente) sea enseñado en escuelas públicas de algunos distritos y estados de los EEUU y que intenten incluso la prohibición de la enseñanza de la teoría de la evolución a nivel nacional.


          Una cosa han conseguido los creacionistas: que se vuelva a hablar de ellos como si plantearan una enseñanza científica. Tanto que la comunidad científica ha reaccionado exponiendo claramente su posición.