Que tal jóvenes, después de tanto batallar con el blogg les dejo las primeras lecturas que han quedado de la antología, recuerden que mañana es el examen. Estudien mucho y suerte en sus demás exámenes.
Saludos
Prof. Manuel Alejandro Morales Rivera
EXPLICACIÓN DEL MUNDO REAL A TRAVÉS DE LA HISTORIA
LA PREHISTORIA Y EVOLUCIÓN DEL HOMBRE
Como todos sabemos, la historia estudia el pasado del hombre desde que éste apareció sobre la Tierra. Sin embargo, los historiadores acordaron organizar este pasado en dos grandes períodos: la prehistoria y la historia, señalando como división entre ambos la aparición de la escritura, hecho sucedido aproximadamente en el 4.000 a.C. En la actualidad, esta separación es replanteada por la comunidad científica pues los investigadores reconocen que no todos los pueblos del mundo conocieron la escritura en el mismo momento, por lo tanto, no entraron en los tiempos históricos todos juntos.
Métodos para fechar el pasado
El investigador que se dedica a estudiar la prehistoria, al no poder contar con documentos escritos, trata de reconstruir el pasado basándose en los restos culturales encontrados. Para poder establecer la antigüedad de estos restos, se utilizan métodos especiales. Sin embargo, las fechas en el período prehistórico son siempre aproximaciones.
Uno de los primeros métodos desarrollados fue la dendrocronología, que consiste en observar los anillos de crecimiento presentes al cortar un tronco de árbol. Analizando entonces los troncos, o los elementos hechos con madera de los mismos, es posible deducir su antigüedad pues a cada año corresponde un determinado tipo de anillo presente en todos los árboles.
Otra forma de datación es el análisis de los sedimentos de materiales de origen glacial, que han sido arrastrados por los ríos y torrentes en los deshielos primaverales, hacia el fondo de los lagos. Estudiándolos, se pueden conocer fechas relativas a la vida de los hombres que habitaron sobre esos materiales.
Sin embargo, los métodos más exactos son los desarrollados en Dos últimos años, gracias a los adelantos de la física nuclear, como el del carbono-14, que mide lo que queda de carbono-14 en los restos encontrados, ya que todos los organismos vivos incorporan este elemento durante su vida y lo van perdiendo paulatinamente luego de muertos. Como el ritmo de esta pérdida puede ser medido, conociendo lo que queda en los diferentes materiales se sabrá su antigüedad. Otros métodos basados en la física nuclear son el del potasio argón, que se utiliza para poner fecha a las rocas volcánicas muy antiguas, y la termoluminiscencia que posibilita establecer la fecha de cocción de las cerámicas.
Desde tiempos muy remotos el ser humano ha estado descubriendo y manejando diversos materiales debido a sus necesidades de alimentación, vivienda, vestido y defensa.
En la época primitiva, el ser humano usó las piedras, y posteriormente descubrió los metales cobre, estaño, bronce y hierro, con los cuales fabricó instrumentos y armas de guerra. Estas épocas se conocen como la Edad de Piedra y la Edad de los Metales. El humano primitivo le daba un sentido mágico y místico a los materiales y a los cambios que observaba en la naturaleza.
La edad de piedra
Es la etapa más antigua de la humanidad, en ella aparece la piedra como el principal material trabajado por el hombre.
Esta edad comprende dos períodos bien definidos, el paleolítico (de paleo: “antiguo” y litos: “piedra) o edad de piedra antigua y el neolítico (de neo: “nuevo” y litos: “piedra’) o edad de piedra nueva. Entre uno y otro período, se encuentra un período de transición: el mesolítico (de meso. “entre” y litos: “piedra”).
El Paleolítico: Es el período que se extiende desde hace aproximadamente 2.000.000 de años, hasta 10.000 años atrás. Durante el mismo, los hombres comienzan a fabricar las primeras herramientas, en un principio muy simples, las que fueron perfeccionando cada vez más.
La preocupación principal era conseguir alimentos y defenderse de los grandes animales que recorrían la Tierra, o de cualquier otro peligro que la naturaleza presentara. La forma de vida era nómada y los hombres se alimentaban de la carne que obtenían de animales muertos, y de los frutos, hojas o raíces que pudiesen recolectar. No producían su alimento, sólo lo consumían. Con el tiempo aprendieron a cazar y entonces fabricaron armas y elaboraron técnicas de caza, actividad que realizaban en cuadrillas, que requerían de una mínima organización social. Para su mejor estudio, el período paleolítico puede separarse en tres etapas: paleolítico inferior, medio y superior.
Paleolítico inferior: En esta etapa el hombre vagaba por la Tierra en pequeños grupos, probablemente construyendo chozas para protegerse cuando el clima era cálido y refugiándose en cuevas o en cavernas si el clima era frío, pues la naturaleza ha provocado en los últimos 3.000.000 de años importantes cambios climáticos en los que se sucedieron períodos cálidos, seguidos de períodos fríos conocido como glaciaciones, en la que grandes masas de hielo cubrieron extensas superficies continentales.
La principal herramienta era el hacha de mano que se usaba para cazar, raspar, y cortar. En esta época el hombre descubrió, tal vez la de manera accidental, el fuego, que le permitió cocinar sus alimentos, alejar a las fieras, protegerse del frío e iluminarse en la oscuridad.
Paleolítico Medio: En esta etapa los grupos humanos se hacen más numerosos y perfeccionan sus herramientas fabricando puntas de flechas, raspadores y hachas de mano. Aparecen también los primeros vestigios de una cultura espiritual pues idearon ritos fúnebres. Enterraban a sus muertos en tumbas especiales junto a trozos de carne y otros elementos, lo que mostraría que los hombres, ya en esta época, habían imaginado alguna forma de continuación de la vida.
Paleolítico superior: Aquí los hombres están mejor equipados para enfrentar los peligros y sacar ventajas de la naturaleza. A la piedra se agregan el uso del hueso y del marfil, materiales con Los que se fabrican instrumentos cada vez más específicos, apareciendo entonces punzones o buriles para agujerear, raspadores, arpones para pescar (ya que se incorpora esta actividad), lámparas de mano en las que se quemaba grasa, para iluminación, y primitivas agujas que, enhebradas con crines, permitían coser pieles.
Se cazaban mamuts, renos, bisontes, vacunos salvajes y caballos. Para ello el hombre incorporó el arco y la flecha y los dardos. La caza se realizaba en grupo, existiendo una cierta división de trabajo entre los sexos. Había algunos intercambios entre las comunidades, lo que mostraría que los grupos no estaban totalmente aislados entre sí.
Los enterramientos continúan con ritos más complejos. Se han encontrado pequeñas esculturas que se usaban, probablemente en ritos relacionados con la fertilidad y pinturas de animales, sobre todo mamuts, bisontes y renos, en la superficie rocosa de algunas cuevas. A este tipo de pintura sobre roca se la denomina “rupestre” y constituye una de las primeras manifestaciones artísticas de la humanidad.
El Mesolítico: Cuando finalizó la Era Glacial, la selva avanzó e invadió las grandes estepas. Esto produjo la emigración y algunas veces la desaparición de los animales que vivían en ella y que servían al hombre de alimento. Los grupos humanos, entonces, se diseminaron por la selva y se ubicaron en las orillas de los ríos. Sobrevivieron cazando animales salvajes, aves y peces. La madera, obtenida fácilmente en las selvas, se utilizó con intensidad. En las zonas frías aparecen los trineos, tirados primero por hombres y luego por perros. Los hombres continuaron siendo nómades, pero en algunas regiones, con suficiente agua y alimentos, aparecen asentamientos más estables.
El Neolítico: Comenzó hace aproximadamente 10.000 años y sus transformaciones son tan importantes que los historiadores las llaman “la revolución neolítica”. El hombre comienza a producir sus alimentos a partir de la domesticación de plantas y animales: el paso decisivo fue plantar deliberadamente semillas en un suelo adecuado y cultivar la tierra. Las primeras plantas obtenidas fueron el trigo y la cebada, a las que se incorporaron luego el arroz y las arvejas. Los excedentes de la cosecha se almacenaban en graneros, permitiendo que los hombres pudiesen guardar alimentos para los períodos de escasez. También aparece la alfarería, como una necesidad, pues había que fabricar recipientes para contener las semillas y los granos.
De algunas plantas, como por ejemplo el lino y el algodón, se obtendrán posteriormente fibras, que hiladas en los husos y tejidas en telares se convertirán en telas, dando inicio a la industria textil.
Con respecto a los animales, probablemente haya sido la observación de los mismos lo que puso de manifiesto que esas bestias podían ser domesticadas y convertirse en una importante reserva de alimentos y pieles sin necesidad de matarlos, como es el caso del ovino, que provee lana y leche.
Las viviendas estuvieron hechas en barro, cañas, leños o piedras, y las herramientas para construirlas fueron más específicas. Entre ellas se destacó el “hacha de piedra pulida’, que se realizaba en una roca de grano fino y luego se afilaba por medio de un pulido a base de arena. El dominio de la agricultura hizo a los hombres sedentarios y aparecen, entonces, las primeras aldeas y con ellas el crecimiento de los grupos familiares, la división del trabajo y la organización social.
Edad de los metales
Es la etapa en la cual el hombre descubre el uso de los metales y ¡os incorpora a su cultura para fabricar distintos elementos. Aparece entonces la metalurgia. Los historiadores reconocen tres edades de los metales, según el material usado con más intensidad: Edad de cobre, Edad de bronce y Edad de Hierro. El cobre fue el primer metal utilizado, seguido del bronce, cuando el hombre aprendió a fundir cobre con estaño. Con estos metales se hicieron cuchillos, espadas, puñales, vasijas, adornos, herramientas, etc. Por último apareció el hierro, pero el uso de este metal, que permitió la fabricación de armas, herramientas y otros elementos de gran dureza, se logró alcanzar recién en los tiempos históricos.
La prehistoria es entonces, es período fascinante de la humanidad donde todo está por hacerse y donde todo es posible.
EXPLICACIÓN DEL MUNDO REAL A TRAVÉS DE LOS DIOSES
Los acontecimientos naturales siempre han intrigado a la humanidad desde sus orígenes. Si algo nos diferencia del resto de animales es la capacidad analítica de nuestro cerebro. Desde nuestros orígenes quisimos tener una explicación de todo lo que nos rodeaba. Simples fenómenos como la salida del sol, la lluvia o el nacimiento de un río fueron analizados por nuestros antepasados, dando explicaciones que en muchas ocasiones estaban lejos de una respuesta racional.
Ya los egipcios y los griegos disponían de una colección de dioses que daban sentido a su origen y lo que ocurría a su alrededor. Así el viento, los terremotos, las tormentas, etc estaban en manos de Eolo, Vulcano, Poseidón y figuras mitológicas similares. También en esa época había ateos, personas que buscaban respuestas en la naturaleza sin mirar a los dioses, que experimentaban y usaban la razón para entender el mundo. A pesar de la idílica imagen que se pueda tener hoy sobre el origen de la ciencia en la Grecia clásica, lo cierto es que muchas de esas personas fueron ignoradas, caricaturizadas e incluso perseguidas por oponerse al “poder divino” de la época.
La tradición judeo-cristiana también tuvo (y tiene) sus mitos sobre el origen del universo, resumido en el Génesis del Antiguo Testamento. Con el paso de los siglos tanto la física, como la química, la geología y la biología han aportado una explicación racional, no mítica, para el origen del universo y de nuestro planeta, así como para explicar la diversidad de especies que existen en la actualidad.
La ciencia, sin embargo, todavía no ha aportado una respuesta satisfactoria para el origen de la vida, aunque haya planteada diversas hipótesis acerca del tema. Es por ello que muchos creyentes siguen colocando la figura de un dios en ese primer acontecimiento.
Mención aparte merecen un grupo de personas que interpreta de forma literal el Génesis para afirmar que nuestro planeta posee sólo 6000 años y que todos descendemos directamente de Adán y Eva. Esto, que podría quedar como una anécdota, igual que queda el origen del universo que plantean algunas tribus de indios estadounidenses (lo que en lenguaje políticamente correcto se denomina “native americans”) no lo es, debido al fuerte apoyo que reciben por parte de grupos fundamentalistas religiosos de EEUU, así como de políticos ultraconservadores de ese país. La presión mediático-política ha llevado a que esta teoría (que ahora llaman diseño inteligente) sea enseñado en escuelas públicas de algunos distritos y estados de los EEUU y que intenten incluso la prohibición de la enseñanza de la teoría de la evolución a nivel nacional.
Una cosa han conseguido los creacionistas: que se vuelva a hablar de ellos como si plantearan una enseñanza científica. Tanto que la comunidad científica ha reaccionado exponiendo claramente su posición.